Controlando a nuestros lobos
El otoño en el Centro de Conservación de Lobos en South Salem, Nueva York, significa que hay hojas que cambian de color, humo saliendo de la chimenea de nuestro salón de clases y lobos SSP que demuestran sus mejores maniobras evasivas mientras intentan una vez más evitar sus chequeos médicos anuales. Ayer fue el turno de nuestra propia “súper manada” de 15 lobos grises mexicanos, una subespecie en peligro crítico de extinción que solo tiene unos 40 lobos en libertad.
Teniendo cuidado de no dejar que los lobos se sobrecalentaran cuando las temperaturas subieran por encima de los 30 grados, solo tardamos unas breves (!) 7,5 horas en procesar a todos los lobos, que estaban haciendo todo lo posible para estar a la altura de sus reputaciones 'escurridizas'. Tristemente, el proceso reveló que algunos de nosotros tal vez tengamos que ir al gimnasio pronto, pero los lobos (una madre y dos generaciones de descendientes) parecían bastante saludables. Después de recibir refuerzos de vacunación y de que se les extrajera sangre para analizarla, los lobos fueron devueltos a su recinto para descubrir estrategias aún mejores para prolongar la próxima captura. ¡Gracias a todos los voluntarios que participaron, especialmente al veterinario Paul Maus, quien generosamente donó su tiempo, experiencia y buen comportamiento!
Dr. Maus y Chuck Dyckman liberan a uno de los lobos después de un chequeo:
Spencer intenta negociar con los lobos:
Los dulces sobrantes de Halloween demostraron ser efectivos para atraer a los voluntarios: