Permitir que los lobos expresen su comportamiento social natural beneficia al ecosistema en general, así como a los propios lobos. (Dr. Gordon Haber)

En el Parque Provincial Algonquin los lobos orientales han sido protegidos durante más de un siglo. Sin embargo, la caza en los municipios circundantes estaba causando alrededor de dos tercios del total de muertes de lobos, principalmente en invierno, cuando su principal presa, el venado de cola blanca, deambulaba fuera del parque en busca de forraje. Pero en 2001, cuando se prohibió la caza en las afueras del parque, comenzó a desarrollarse una transición sorprendente. Protegida de la caza, la población de lobos algonquinos no solo se mantuvo estable, sino que también hubo una transición rápida a manadas más estables basadas en familias. Este cambio en la estructura social permitió a los lobos más jóvenes aprender sofisticadas estrategias de caza de sus mayores y equipar mejor a la familia para cazar con éxito presas más grandes. Con protecciones adicionales, los lobos orientales recuperaron su lugar como especie clave dentro del ecosistema.

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Foto: Steve Dunsford, Impresiones de Algonquin