El director del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU., Dan Ashe, anunció hoy que la agencia ampliar las oportunidades de caza y pesca en 13 refugios a lo largo del Sistema Nacional de Refugios de Vida Silvestre del Servicio.

En el comunicado de prensa, Ashe señala que la caza y la pesca han contribuido en gran medida a la actividad económica en los EE. UU. Lo que Ashe no mencionó es que según informe del USFWS, solo nuestro Sistema Nacional de Refugios de Vida Silvestre crea $2 MIL MILLONES para la economía. Y sorpresa, sorpresa… el uso no consuntivo del sistema de refugio (actividades no cinegéticas) es el motor económico más potente.

“Las actividades recreativas como la observación de aves, el senderismo y los picnics representan casi el 75% de los gastos totales en los refugios de vida silvestre en todo el país, dice el informe, mientras que la pesca y la caza representan alrededor del 28 por ciento de los gastos”.

Actualmente, hay aproximadamente 305 millones de personas en nuestra nación y solo 6% de ellos (37 millones de personas) compran licencias de caza; la gran mayoría de la gente no caza. Casi 72 millones (9% de la población del país) participan en actividades de observación de vida silvestre en todo el país.

La vida silvestre en este país es propiedad de sus ciudadanos. Este concepto legal implica que todos compartimos intereses iguales e indivisos en nuestros animales salvajes. El gobierno mantiene la vida silvestre en fideicomiso para nuestro beneficio y está facultado para administrarla para el bien público.

Entonces, ¿se reserva una expansión de las oportunidades de caza en tierras públicas para la protección de la vida silvestre, los peces y las plantas para beneficiar el bien público? Además, ¿los refugios no están destinados a ser refugios seguros para la vida silvestre?