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Una Marcha por la Ciencia es una Marcha por los Lobos

La Marcha por la Ciencia se lleva a cabo mañana en todo el país. Marcharemos por la ciencia, y la mayoría de nosotros también marcharemos por el medio ambiente, porque ese día también es el 47 aniversario del Día de la Tierra.

Como ciudadanos del siglo XXI, nuestra nación y el mundo se encuentran en una encrucijada cuando se trata de garantizar la sustentabilidad futura de nuestro aire, agua, tierras salvajes y vida silvestre para las generaciones futuras. El futuro de nuestra nación depende de un público bien educado para ser administradores sabios del medio ambiente que nos sustenta, ahora y para las generaciones futuras. Los esfuerzos recientes para restringir y amordazar la investigación científica y envolver ideas científicas bien establecidas en la "incertidumbre" señalan un punto de inflexión oscuro que seguramente nos tocará a todos.

La guerra contra la ciencia está dando forma a las políticas que rigen nuestra vida cotidiana. El aire que respiramos, el agua que bebemos, la salud de nuestros océanos, arroyos, tierras salvajes y vida silvestre.

En el fondo, el ataque actual a la ciencia tiene como objetivo desregular la industria, debilitar e incluso derogar las leyes ambientales, incluida una de las leyes bipartidistas más exitosas que nuestro país haya adoptado, la Ley de Especies en Peligro de Extinción. La ESA es el “estándar de oro” mundial para la conservación y protección de animales y plantas. Ha dado una segunda oportunidad a miles de especies en riesgo durante más de cuatro décadas y ha trabajado con éxito para evitar la extinción de 99% de las especies bajo su protección. Según una encuesta nacional realizada en 2015, el 90% de los votantes estadounidenses apoya la Ley.

A pesar de su éxito y apoyo público, los intereses antiambientales en la Cámara de Representantes y el Senado de los EE. UU. actualmente están creando algunas de las amenazas más graves jamás planteadas contra la piedra angular de la ley de conservación de nuestra nación.

La ciencia ha concluido que hemos entrado en un período sin precedentes de cambio climático y sexta extinción masiva causada por el hombre. La Tierra ha perdido la mitad de su vida silvestre en los últimos 40 años. Con la desaparición de especies a este ritmo alarmante, es fundamental que nuestras políticas ambientales estén motivadas por la ciencia.

Este 22 de abril, Día de la Tierra, marcharemos en nombre de los lobos, la vida silvestre, las tierras salvajes y el agua. Marcharemos por la Ley de Especies en Peligro de Extinción. Marcharemos por nuestros hijos. Los líderes del mañana necesitan estar equipados para los desafíos del mañana. Si permitimos que la ciencia sea silenciada, nos fallamos a nosotros mismos, ahora y para las generaciones futuras.