Un encuentro salvaje con un joven lobo ártico a -40°C.

Los lobos árticos no suelen ver a la gente, por lo que esta joven sintió una notable curiosidad cuando se encontró con el renombrado cineasta Oliver Goetzl.

Los lobos árticos pueden ser especialmente curiosos con las personas, mucho más que sus contrapartes salvajes en otras partes del mundo. La evidencia anecdótica sugiere que los lobos árticos muestran menos miedo a las personas porque rara vez ven humanos y no han sido objeto de una intensa persecución como otros lobos en América del Norte. Al transmitir el conocimiento de una generación a la siguiente, la mayoría de los lobos (más allá de los del Ártico) han aprendido que las personas representan una amenaza para la supervivencia.

Foto ©Doclights/Gulo Film Productions http://www.gulofilm.de/en/