Los compañeros de manada de lobos hacen las paces, los perros guardan rencor
Los lobos son animales muy sociales que viven en unidades familiares estructuradas llamadas manadas.
Una manada es simplemente una familia, con los padres a la cabeza (a veces denominados pareja reproductora o pareja alfa) y descendientes de diferentes edades. A veces, los lobos no emparentados también se unirán a una familia.
La vida cooperativa brinda a las familias de lobos una serie de beneficios. El trabajo en equipo facilita la caza exitosa, la crianza de cachorros, la defensa territorial y más.
Construir un equipo fuerte requiere que los lobos transmitan habilidades y conocimientos críticos de una generación a la siguiente. Los padres enseñan a sus hijos cómo cooperar, reconocer y responder al comportamiento de los compañeros de manada, manejar sus propios impulsos y reconciliarse después de un conflicto.
No debería sorprender que la resolución rápida del conflicto sea importante para la supervivencia de la manada de lobos. En última instancia, la cooperación es clave. Además, los conflictos continuos entre manadas pueden tener efectos devastadores a largo plazo en la familia de los lobos, incluida la pérdida de recursos, territorio y la vida de los compañeros de manada. La discordia abierta eventualmente puede llevar a la disolución de la manada.
Pero, ¿qué pasa con el primo más cercano del lobo? ¿Los perros se reconcilian después de conflictos violentos?
Aunque los perros también son considerados “animales de carga”, un estudio reciente revela que han perdido la capacidad de reconciliarse después de pelear.
Los investigadores suponen que los perros han perdido muchas de sus habilidades de supervivencia en manada durante miles de años de domesticación. En su nuevo papel como el mejor amigo del hombre, llevarse bien en un entorno humano tiene prioridad sobre la dependencia de otros de su especie.